domingo, 20 de enero de 2013

Sumergido en colores




Metidos en un cuarto austero: cama en el suelo, un closet vacío, una brisa ligera viniendo desde arriba  y un ventilador de cinco brazos haciendo girar el techo.
Completamente ciego siento su piel tibia, humedecida en sudor, el vapor envolviéndome. Pruebo su cuello;  no reconozco la sal.
El olor a seducción desconocida, me recuerda que estoy a salvo, debo estar tranquilo, mantener mi mano derecha en su cabello y la izquierda apresando su cintura. (Me envenena).
-Pon música y sigue - me dice la voz extraña del cuerpo exquisitamente suave que estaba tocando (y que tampoco reconozco)

Más veneno
Sin dejar de sostenerla por la cintura, separé mi mano  de esos rizos esponjados y sin color . En un toque el sonido de una pianola comenzó a pintar en la oscuridad, haciendo combinaciones con el sintetizador y la voz de una mujer cantando; la acústica del lugar nos amplificó el color.

Ella tomo el suyo hizo unos movimientos en la oscuridad y dijo
-Mira- abrí bien los ojos en espera de que me dejara ver su rostro y saber con quién estaba (solo por curiosidad). Un estrobo de luz blanca iluminó el cuadrado en el que estábamos, parpadeando al ritmo de los colores. Pude verla en blanco y negro; me reí por estar maldito: ¿cómo es que no podía recordar tanta belleza ?  Observé su cabello, los destellos daban todos los tonos, me impidieron descifrar el color real.

Dejo de luchar con la mente, (como si me importara quién es) hundo mi nariz en su cuello en busca de más sedante, mi pelvis en sus caderas en busca de mas olvido...

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